otras leyendas
El Señor de las Ampollas
La imagen del Señor de las Misericordias, Santo Patrono de Tlalnepantla, fue regalada por el rey Carlos V a Hernán Cortés, quien a su vez la donó al convento de San Francisco, de México. De allí fue traída provisionalmente a la iglesia de Tenayuca, y luego a la capilla abierta del Convento de Corpus Christi, en Tlalnepantla. En 1666, al ocurrir un incendio en la iglesia, el Cristo de las Misericordias se salvó milagrosamente, pues habiéndose quemado la cruz que lo sostenía, la escultura sólo registró quemaduras en la espalda, semejantes a ámpulas en carne viva, por lo que fue llamada el "Señor de las Ampollas".
Las iglesias viejas
En el antiguo Teocalhueyacan, pueblo otomí situado a unos tres kilómetros al poniente de Tlalnepantla, los frailes franciscanos edificaron un templo bajo la advocación de San Lorenzo, tal vez sobre las ruinas y hasta con el mismo material de que estuviera construido el antiguo teocalli.A este nuevo templo acudía el pueblo a los servicios religiosos. Una noche, en medio de un estruendo inexplicable, el templo se hundió y de él no amaneció ni rastro. La gente quedó profundamente atemorizada.
Ante tal pérdida, los habitantes de San Lorenzo Teocalhueyacan tuvieron que acudir a sus servicios religiosos a Corpus Christi, el templo de Tlalnepantla.Pero debido a la larga distancia que tenían que recorrer diariamente, optaron por construir en su región un nuevo templo.
Entonces surgió entre ellos una angustia interrogante: "¿no se hundirá nuevamente el templo y acaso junto con todos nosotros?" La solución fue sencilla: levantarlo en otro sitio. Y fue en Atenco (junto al río), en la falda del cerro, donde se erigió el nuevo recinto, sólo que en esta ocasión bajo la advocación de San Andrés Apóstol. Esta antigua leyenda aún corre de boca en boca entre la gente "grande" del pueblo.
Leyenda de Juan Ruiz
Existe una peña por el camino a Tlamacas donde según nos cuenta esta leyenda se aparece el demonio.
Se dice que hasta ahí llegó un hombre pobre llamado Juan Ruiz y que hizo un pacto con el demonio firmándolo con su propia sangre. Después de este hecho, se dice que lo visitaba en su casa un hombre muy elegante y que se escuchaba como si descargara dinero. De ahí, Juan Ruiz se hizo rico. Al pasar el tiempo, él empezó a comportarse muy extraño e inquieto. Sus familiares, alarmados, lograron que confesara los motivos de su inquietud, él les dijo entonces que pagaría con su alma el pacto con el demonio.
Pero lo más alarmante era que también parte de su familia entraba en el pacto. Poco después Juan Ruiz huyó al monte, sus familiares y vecinos se lanzaron en su búsqueda, armados de ceras, palmas y agua bendita. Casi lo alcanzaron cuando aún se hallaba muy lejos de la peña maldita, pero se dice que cuando estaban cerca de lograrlo, se apareció una nube negra y al desaparecer ésta, él ya iba muy lejos nuevamente.
Siguiendo sus huellas, descubrieron con mucho temor que una de sus pisadas era humana y que la otra era de un macho cabrío. Después encontraron uno de sus huaraches, y al llegar a la cueva de la peña encontraron el otro, las pisadas que hallaron eran totalmente de bestia. En la peña, a la entrada de la cueva, había un letrero escrito con sangre que decía: "aquí en esta cueva se da de alta Juan Ruiz". La gente regresó al pueblo ya que nada pudieron hacer.
Con el paso del tiempo, la familia de Juan Ruiz volvió a quedar muy pobre.
Un día en el Río de la Verdura, a la altura de la calle Xicoténcatl, el puente se cayó mientras pasaban por ahí varios niños, de los cuales dos eran de Juan Ruiz. De manera inexplicable la corriente se llevó únicamente a los dos niños de Juan. Dos cuadras adelante lograron rescatar a uno de ellos y al otro lo rescataron hasta el pueblo vecino, donde se ensancha el río.
Nos dice la leyenda que muchos descendientes de Juan Ruiz han muerto en forma trágica. Los lugareños dicen que es debido al pacto que hizo con el demonio.
Leyenda del Cerro del Jorobado
Este Cerro de Tepotzotlán es muy significativo para su población e historia del mismo pueblo y municipio, en este mismo cerro en la parte media cuando se sube hay una cueva llamada La Leona, este nombre se le puso por la misma leyenda, se cuenta que hace muchos años como en la época de la Revolución Mexicana como se sabe los pueblos eran rurales, dedicados a la agricultura y ganadería, había una familia ubicada en el pueblo de San Mateo Xolóc, integrada por tres personas un hijo, madre y padre, el padre al niño lo maltrataba muy mal si no trabaja en el campo y le ayudaba a el, su madre sin que se diera cuenta su esposo, curaba a su hijo, ya que por sus heridas provocadas en la espalda por los cinturonazos de su padre eran muy graves, le impedía trabajar el campo e ir a la escuela, frecuentemente el padre y el hijo subían al cerro, principalmente por la yerbas del cerro comestibles o por la caza de animales como el conejo, un día el padre castigo a su hijo y lo metió al interior de la cueva y la tapio con una piedra grande para que no saliera.
Su madre, desconsolada le pedía a su marido que subiera otra ves para que trajera al niño devuelto a casa, pero el padre dijo que no que era un castigo, que en una semana iría por el, como pudo su hijo salió y se fue a refugiar con unos conocidos, ya pasada la semana fue el padre por su hijo, pero vio que ya no estaba.
Cuenta la leyenda que al momento que iba a salir el señor, se le cerro la piedra y se murió de hambre, pena y tristeza arrepentido por lo que le hizo a su mismo hijo, sus gritos fueron en vano para que lo salvaran, su hijo al volver a la cueva vio la piedra removida, pero vio a su padre muerto, años después el hijo siguió con el campo y vivió feliz con su madre, pero se cuenta que los llantos y gritos se escuchan al entrar al interior de la cueva, claro que si se queda gente durante algunas horas, su alma no descansa en paz ya por el daño que le hizo a su hijo.
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